¿POR QUÉ DEBES IR AL CAMPO MISIONERO?por Keith Green
El Mensaje Final de Keith Green (1953-1982)

INTRODUCCIÓN DE MELODY GREEN
El siguiente artículo, es el último escrito de Keith, y quiero animarte a que lo leas con un corazón abierto. El artículo fue terminado sólo unos días antes de que él, junto con dos de nuestros hijos, Josiah y Bethany, se fueran a los brazos de Jesús debido a un accidente aéreo. El mensaje que escribió es la forma en que expresó una genuina carga que el Señor había puesto en él. No es un artículo más; como Keith lo menciona, es un ardiente deseo que el Señor le había puesto y ardía en su corazón; e iba a ser el nuevo enfoque que presentaría al pueblo de Dios, especialmente a los cristianos que viven en América. La mayoría de ustedes saben que el mensaje que compartió desde el inicio de su ministerio fue: “¡Ponte a cuentas con Dios!” No se avergonzaba de predicarlo. Y gracias a su valentía, muchos corazones fueron abiertos y expuestos a la convicción de arrepentimiento que el Espíritu Santo trae y a la realidad de Dios. Keith anhelaba ver a cada cristiano totalmente entregado a Dios. Nada de ser tibios o de servir a Dios a medias, sino estar, como decía en unos de sus últimos conciertos, ¡locos por Jesús! Yo creo que enfocarse en las misiones es la culminación del mensaje de Keith para los cristianos que realmente desean estar bien con Dios. La pregunta es ésta: Una vez que estás bien con Dios… ¿qué sigue? ¿Te quedas ahí sentado, estando “bien con Dios”, o buscas su dirección para saber cómo y dónde puedes ser usado estratégicamente para establecer su reino? Lo que el mundo necesita con urgencia, es ver, no a cientos, sino a miles de creyentes, decididos a que los perdidos encuentren a su Creador, antes de que tengan que enfrentarlo en el gran día final. El mayor deseo de Keith (además de la salvación de los perdidos), sé que sería verte considerar y tomar en serio este asunto delante del trono del Señor. Si dejas todas tus metas personales a los pies de la cruz, y le preguntas a Jesús: ¿Qué quieres hacer con mi vida?, estoy segura de que la carga que Keith recibió de parte del Señor se implantará en ti y en los corazones de muchos, ¡y será llevada hasta los confines de la tierra! - Melody |
PARTE 1: EL LLAMADO DEL SEÑOR Un vistazo bíblico al llamado misionero
Recientemente visité algunas bases misioneras de ultramar, y debo decir que desde que regresé, mi vida no ha sido la misma. La visión y metas de nuestro ministerio han cambiado repentinamente. El Señor definitivamente hizo algo en mi corazón en ese viaje. Además de enseñarme cuán pequeña había sido mi visión, me ha dado una gran carga… ¡la de ver aumentadas las filas de Su ejército en el campo!
Una de las cosas más grandes que me mostró el Señor fue lo tremendamente evangelizado está mi propio país, mientras que el resto del mundo apenas ha sido alcanzado. Mientras viajaba de país en país, pensaba en los millones de personas, por sobre las cuales estaba yo pasando, que necesitaban que el evangelio de Jesús les fuera presentado de una manera real; y había tan pocas personas allí para alcanzarlas.
Al visitar cada base, hablé con diferentes misioneros y recogí material escrito que relataba la historia de lo que se hacía en esas partes del mundo para expandir el reino de Dios. Mientras leía las estadísticas, me sorprendí: ¡nunca había sabido lo poco que se estaban supliendo las necesidades de la gente que estaba en esos lugares sirviendo a Dios!
Al regresar a mi hogar, me puse en contacto con los líderes de diferentes organizaciones misioneras y concerté varias citas para averiguar lo que se estaba haciendo para cubrir las necesidades de los misioneros. Después de estas reuniones, decidí hacer un estudio de la Palabra de Dios (para ver que tenía qué decir Él sobre alcanzar a los perdidos en otros países), y también leí más de la literatura de misiones que me habían entregado.
Este artículo es el resultado de ese estudio, y también de un ardiente deseo que tengo en mi corazón de ver a ¡100,000 jóvenes enviados al campo misionero en los próximos cinco años!
Así que…
¿Por qué debes ir al campo misionero?1) Debes ir, porque Jesús dijo que fueras.“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15)
Con estas palabras, Jesús estableció claramente lo que sus discípulos deberían hacer: esparcir sus enseñanzas en su nombre, predicando la salvación hasta lo último de la tierra. (Ro. 10:18) Si tú te consideras un creyente, entonces te tienes que considerar un discípulo de Jesús; no menos llamado y escogido que los primeros 12 apóstoles. No hay tal cosa como cristianos de “primera clase” y cristianos de “segunda clase”; cada creyente está llamado a esparcir las buenas nuevas a aquellos que aún no las han escuchado. El mandato de Jesús es definitivo y claro: es Su gran mandato, Su Gran Comisión a los soldados de Su santo ejército. Tenemos que ir porque nuestro gran General nos ha ordenado que vayamos.
2) Debes ir, porque la necesidad es muy grande.“A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” (Mateo 9:37-38)
Desde que Jesús dijo estas palabras por primera vez, la cantidad de trabajadores en el campo de almas (mies) siempre ha sido terriblemente baja. Pero hoy la necesidad es la mayor que ha habido en la historia de la humanidad. Recuerda: ¡el infierno no es para pasar ahí sólo el fin de semana! ¡Hay más personas vivas hoy, y más almas en juego, que el número total de personas que han vivido sobre la faz de la tierra en toda la historia de la humanidad! Lo cual implica que, dependiendo de nuestra obediencia o de nuestra pereza, podemos poblar ya sea el cielo o el infierno.
Hay más de 2,700,000,000 de personas que nunca han escuchado el evangelio, y sólo hay entre 5,000 y 7,000 misioneros en todo el mundo trabajando directamente con este grupo de personas que aún no han sido alcanzadas.1 (Este artículo se escribió en1982.)
Esto significa que hay aproximadamente ¡un misionero! por cada 450,000 de estas personas Hay más de 16,000 culturas y grupos de personas diferentes, aún países enteros, donde no existe ni una sola iglesia.2 Existen 7,010 lenguas distintas; y 5,199 de ellas todavía no tienen la Biblia o traducciones de las Escrituras disponibles en su propio lenguaje.3 ¿Te conmueven de alguna forma estas cifras? ¿Te importa que un estimado de 80,000 personas que no son salvas mueren todos los días (aproximadamente 3,333 cada hora… 55 personas cada minuto) para enfrentarse al juicio del trono de Jesús?4
3) Debes ir, ¡porque muy pocos cristianos están obedeciendo el llamado, lo que hace la necesidad aún mayor!“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios… ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?” (Romanos 10:17,14)
En este momento, en todo el mundo hay únicamente 85,000 obreros en el campo misionero, y están trabajando principalmente entre aquellos que ya han escuchado el evangelio anteriormente.5 Esta cifra incluye a misioneros de todo el mundo de diferentes nacionalidades. Cuando comparas este número con la cantidad de americanos que están vendiendo productos ‘Amway’ y ‘Avon’ es sorprendente. ¡Tan sólo en América hay más de 435,000 vendedores de Avon6 (con más de 1,280,000 en el mundo) y aproximadamente 750,000 distribuidores de productos Amway7 (con más de un millón en el resto del mundo)! ¿Te das cuenta de que estas dos compañías combinadas tienen 14 veces más representantes, únicamente en los Estados Unidos, que los que tiene la Iglesia de Jesucristo en el mundo entero, fuera de América?
¿Y qué de los representantes cristianos que sí tenemos en el mundo? Pocas personas, el 9% de la población mundial, hablan inglés; no obstante, el 94% de todos los ministros ordenados en el mundo entero ministran a ese 9% que habla inglés. El 96% de las finanzas cristianas se usan en los Estados Unidos en el 6% de la población del mundo, lo que significa que ¡sólo el 4% de todo el dinero cristiano se usa en esfuerzos misioneros para alcanzar al otro 94% de los pobladores del orbe! Hay cerca de 1,000,000 obreros de tiempo completo para los Estados Unidos; mientras que para la mitad de la población del mundo (los tres mayores grupos son los musulmanes, los hindúes y los chinos), que son aproximadamente 2,200,000,000 personas, solamente se tienen 2,417 obreros de tiempo completo.8 Como puedes ver por estas cifras, hay algo que definitivamente está mal: mientras que nosotros en América tenemos aproximadamente un obrero por cada 230 personas, ¡aquellos que no han escuchado el evangelio ni una sola vez, tienen un trabajador por cada 450,000 almas! “¡Por favor, perdónanos Jesús, por ser tan indiferentes a obedecerte y alcanzar al mundo entero, como Tú nos has ordenado!”
4) Debes ir, porque Dios da una unción especial y gracia a aquellos que dejan su propia tierra, gente y cultura para hacer la voluntad de Dios y esparcir el evangelio.“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” (Génesis 12:1-3)
Abram (después llamado Abraham por Dios) es una de las muchas personas mencionadas en la Biblia que Dios usó poderosamente; pero no fue usado sino hasta después de que dejó a su propia gente, su propia tierra y su propia cultura. También observa los viajes y los ministerios de Jacob y Moisés; ambos tuvieron que ir a otras tierras para aprender de Dios y ser usados por Él.
No importa dónde busques en la Biblia, Dios siempre dio gran unción y bendición a aquellos que le sirvieron en tierras extranjeras. Mira a José y a Daniel. Son los únicos dos personajes de la Biblia que Dios levantó como exitosos oficiales seculares; y estaban en culturas extranjeras y paganas. Y ahí donde estaban, permanecieron como fieles testigos y siervos de Dios hasta el final; en ocasiones, arriesgando sus vidas.
¿Y qué de Jonás? Fue un buen ejemplo de alguien que no quiso ir al campo misionero a predicar a los paganos. Terco, rebelde y egoísta. Y aún así, Dios le hizo una “oferta” que no pudo rechazar. (Oro, pidiendo que Dios se mueva libremente en las vidas de todos nosotros, aunque sea así, “ayudándonos” a tomar la correcta decisión de ir.)
Y tenemos al apóstol Pablo, quien tuvo una gran carga por su propia gente y país, Israel. ¡Oh, cómo hubiera deseado Pablo tener un ministerio entre los suyos, los judíos! ¿Pero, qué le dijo Dios?: “Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.” (Hechos 22:21) Eso fue lo que Dios le ordenó, e “irse” fue lo que hizo. Nunca hubo un misionero como Pablo. Y lee el capítulo 11 de la Segunda Carta de Pablo a los Corintios, si quieres ver una lista de sus “premios”: palizas, prisiones, apedreos, motines, naufragios..., la lista sigue y sigue... y también Pablo sigue..., obedeciendo a su Maestro, quien lo compró.